viernes, 8 de octubre de 2010

Hueles a olvido.


Hueles a olvido

amarilleas deshojándote

te enfrías y ya no puedes

los vermes te reconocen

en la ilusión de sus hartazgos


Quieres llamar

pero se resisten los nombres

sólo te queda eso

imaginar que has sido

imaginar que ha habido alguien

con tu esencia

después

y antes del polvo.

6 comentarios:

Abel German dijo...

Este es un poema que toca una arista humana que me interesa: la de la frustración; la del olvido. Es triste, pero con un punto de fuga que, como suele, está en la imaginación. Y la foto con que lo acompañas tiene un efecto muy curioso que complementa con eficacia la idea.

Fran Robles dijo...

Tiene un olor existencial este poema, algo muy especial.

María dijo...

El olvido es la extinción de todo rastro.
Amargo desencanto.
Duro.
Magníficas palabras.
Es un placer leerte.

Miuris dijo...

Me gusta este poema, además de olor a olvido, tiene sabor a presencia, de esas que se sabe que están, pero que no se ven, permanecen recónditas, pero cuando emergen del polvo, permanecen.
El olvido cuando llega, se instala, si algo ronda en la memoria, no es olvido total.
Un magnífico poema para desglosar de mas de una manera.

PEDRO E BETANCOURT dijo...

Esa es la esencia oculta de nuestro vivir,tenemos la certeza de que vamos pasando,triste no poder alcanzar toda la vida con la esructura física de hombres ,para ver y tocar la existencia del polvo,victorias y frustraciones,que viajan más allá de los gusanos que devoran la carne necrótica...Quieres llamar y se resisten los nombres...entonces pasamos a otra forma más pura de materia,latiendo en el universo, que siempre nos reclama a pesar de los amargos imprevistos y corto deambular...un abrazo...seguimos en contacto...

Merche dijo...

ufff...da un poco de vértigo pensar en llegar a sentirse así algún día.
Buen poema.

Un saludo.

Calavera.

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