lunes, 22 de septiembre de 2014

Arena o cenizas.


 

     Hay muchas huellas en la arena de mis sueños, arena o cenizas, el lógico trayecto por las ruinas de un enigmático silencio. Sé que nadie me seguirá por esos senderos hermanos del humo o nimbos de caducadas lluvias. Arrastro las alas como un albatros herido sobre la cubierta del mundo ante las burlas de un coro de sombras, mientras intento picotear palabras divorciadas de los hechos, peces asfixiándose, mirando sin ver su agonía sin párpados. Siguen las risas y las huellas viajan como enigmas de una a otra duna, borrando toda constancia de haber existido, haciendo de la memoria un artificio donde edificar una justificación íntima, un desacato a las leyes del fracaso. No sé si voy o vuelvo, si me consolido o desintegro. Quién debiera conocerme, me desconoce tanto como yo, pedir auxilio es inútil si los demás gritan. Soy un péndulo que oscila entre verdugo y víctima, me condeno y absuelvo a la par, perpetuando el desasosiego de los días, alimentando la complejidad de las preguntas y las dudas para indefensión de las respuestas. La esfinge se crece con la cercanía del fin. Intento imaginar pájaros, mis pájaros y acuden agresivos a mis ojos por una ancestral orden de las sombras, temo quedarme ciego o ver otra luz, en fin, los espanto e invoco a los caballos, pero solo oigo su galope, salvaje, en la sabana  entristada por lejanos relámpagos. Un meteorito rasga la cúpula y el cielo se desangra. No tengo donde meterme, se me han agotado los refugios y la noche va a ser larga.

sábado, 13 de septiembre de 2014

Soy Godot.


 

    Soy Godot y nadie me espera. Me gustaría. Lo pienso y eso me sostiene. Alguien podría esperarme del modo más inocente, fingiendo ser el que pasa, el que no va a ninguna parte y  trasmite su tedio a los parques y a las raras avenidas semidesiertas, cosa que a veces pasa en las películas o cuando bombardean quirúrgicamente una ciudad. Uno se acostumbra, ¿no?, a los bombardeos quirúrgicos. Nos acostumbramos a imaginar que nos esperan y que todo extraño es una pieza del puzle con la cual encajamos perfectamente. Piensas. Uno piensa y eso entretiene. Soy Godot y espero me esperen hasta desesperar.

Calavera.

Casa que atesora la oquedad dejada por el único que la habitó y tuvo en ella la irrepetible cita con el unive...